sábado, 24 de marzo de 2012

Idas y venidas, 21.

Pecamos de primaveras, obsoletas, que todavía nos hacen ver que soñar es algo más que cerrar los ojos. Me paso las noches aprendiendo el lenguaje secreto del lado izquierdo de tu cama, echando cuentas con cuentos y algún que otro roce de piernas desesperado. Mira, algunas flores son muy feas, y ciertas palabras cobran encanto con faltas de ortografía. La belleza depende de los ojos que la miren, y la contradicción cobra con intereses sin ti a media noche. Por eso me gusta besarte los defectos con mis trapos sucios y sólo te cuento mis encantos cuando estás dormido. En realidad muchas discusiones sirven para volver a enamorarse y otras, las que rompen el hielo acaban con la mejor de las pasiones. Especialista en tensiones con cuerdas flojas, soy contra-adicta de vocación, y desquicio vicio por tus cuatro costados. Siempre me olvido de que una buena historia de amor no se avala por escrito. Pero tengo unas manías y unas maneras, y un cincuenta por ciento de fracaso en caída libre. De naturaleza, natural, y cobarde, con más letras que expectativas y menos años que sueños por cumplir. He descubierto que aún resulta más excitante vivir entre tus brazos que morir entre tus piernas. Adoro a los ciegos que saben leerme el alma con un susurro de poesía, y a los locos enamorados que aún piensan que las cosas pueden salir bien… Renazco entre doce campanadas contra-adicta de vocación, si… pero soñadora de oficio.


martes, 1 de noviembre de 2011

Eternamente jóvenes

En la vida llega un momento en el que te conviertes en adulto. Tienes edad para votar, para beber y para otras cosas de adultos. De pronto esperan que seas responsable. “Sé adulto”. Crecemos. Nos hacemos mayores. ¿Pero alguna vez somos adultos del todo? En ciertos aspectos crecemos. Creamos una familia. Nos casamos. Nos divorciamos. En general seguimos con los mismos problemas que cuando teníamos 15 años. Por mucho que crezcamos y nos hagamos mayores, seguimos tropezando. Siempre dudando. 

viernes, 7 de octubre de 2011

Te vi encegado y supe que iba a ganar


Cuando eres pequeña, la noche da miedo porque se esconden monstruos bajo la cama.
Cuando te haces mayor, los monstruos son diferentes. Falta de confianza en uno mismo, soledad, arrepentimiento... y aunque seas mayor y más sabio, te sigue dando miedo la noche.
Dormir. Es lo más fácil de hacer. Solo...cierras los ojos. Pero para muchos de nosotros, dormir parece estar fuera de nuestro alcance. Queremos hacerlo, pero no sabemos como conseguirlo.
Pero una vez que nos enfrentamos a nuestros demonios, nos enfrentamos a nuestros miedos y nos entregamos a los demás para ayudar.
La noche no da tanto miedo porque nos damos cuenta de que no estamos completamente solos en la oscuridad.


martes, 23 de agosto de 2011

Todos los caminos llevan a Roma


Caminar por el camino correcto, se supone que es lo que hay que hacer siempre. Pero, ¿qué sentido tiene ir por el camino correcto, cuando no se encuentra ninguna manera para avanzar?
A veces el secreto está en equivocarse sabiendo que lo estás haciendo, en vivir la vida como te apetece en el momento y no como antes te habías propuesto, en elegir el camino incorrecto, al fin y al cabo, dicen que todos los caminos llegan al mismo sitio.

jueves, 19 de mayo de 2011

Pepitos a domicilio

Todo el mundo busca a la persona que le hará feliz durante su vida. Espera ese momento en el que el aparezca, te dirija su mirada más dulce y te enseñe la sonrisa más bonita del planeta, aquella de la que no te cansarás nunca. Un simple acontecimiento que hace la vida tan perfecta. Que hizo, que todo, fuera mucho más fácil que el respirar. Entonces es cuando empieza a ir más despacio el tiempo y te das cuenta de los pequeños detalles: de que la camarera esta flirteando con el chico de la barra, de que una chica se encuentra llorando en una mesa, a saber por qué, de que una pareja celebra sus 2 años juntos… Esos detalles en los que en realidad no te importan, pero que te fijas en ellos. Esa persona es la que te hará seguir un camino en la vida. Te hace disminuir o aumentar el ritmo. Aquel al que esperas que te venga a recoger con su Harley Davidson y su chupa vaquera, todos los días a clase y besarle con las mismas ganas que el primer día. Que sin saber como, aparezca una foto vuestra en el techo de tu habitación. Que te lleve a algún sitio inventado, donde perderse y olvidarse del reste del mundo. Donde allí el tiempo nunca pasa. Hacerte un tatuaje con su nombre en el lado derecho de la cadera, con el simple y tonto hecho de que te sientes más unida a él.
Que un día sin saber como ni cuando: todo vuelve al sitio donde todo comenzó (con un simple hola y su sonrisa del millón) y te das cuenta de todo lo vivido y que ya, lo hecho, no tiene remedio. De que la habéis cagado profundamente, de que ya no volverás a conocer a alguien tan perfecto como él. Y la realidad, es que, no lo hay. Y el único consejo que te puede aliviar es que seguro que habrá una persona que te pueda hacer feliz. Pero siempre recordarás las escapadas en su Harley Davidson, de los amaneceres en la playa, del tatuaje en el lado derecho de tu cadera imborrable…
Lo pierdes y te das cuenta de que todo lo que te importaba ya no tiene el más mínimo sentido. Y todo acaba. Y piensas que al final vuestros caminos acabaran volviéndose a cruzar como en las películas de amor, pero al final, cada un sigue su camino. Pero piensas, que valió la pena intentarlo y que nunca lo olvidarás. Que fue como un sueño en una noche de verano. Que ya, no podrás volver a tener esa misma sensación, no volverás a sentirte igual.






sábado, 7 de mayo de 2011

El tiempo se escapa

¿Sabes lo que ocurre con tu tiempo?
No sé a donde voy. Tampoco importa. Me pregunto… ¿Por qué nada tiene sentido? Tal vez si hubiera guardado la mantiquilla en la nevera, cambiado de ciudad… Quizás ahora tendría un trabajo mejor… Si pudiera, si hiciera, si viviera, si fuera, si tuviera, si pudiera. Tú hablas, piensas, sueñas, imaginas, idealizas. Pero no haces nada. Y el tiempo se escapa.
Aquí y ahora es el momento.


sábado, 19 de febrero de 2011

Te hace ser especial

Si la felicidad viene en pequeñas dosis y paquetes, la mia empezó cuando te conocí. Se fue haciendo mayor con el paso del tiempo, cuando hablé contigo por primera vez, cuando nuestras miradas se entrelazaron y sentí algo inexplicable, cuando me di cuenta de que te queria solo para mi. Despues de algunos meses, me di cuenta de que yo, ya te pertenecía de hace tiempo y no me habia dado cuenta. Entonces, empecé a sentir algo totalmente profundo, algo que sigue creciendo cada vez que estamos juntos y paso instantes contigo que con ninguna otra persona se pueden tener; Porque eres único y por como eres, te hace ser especial...